Cada vez más, las opciones para acceder a los contenidos audiovisuales son cada vez mayores. Hace unos años los consumidores solo podían ver la televisión y por tanto estaban limitados a sus horarios y al servicio que las cadenas de televisión les ofrecían. Hoy en día la oferta es mucho más amplia y variada gracias a Internet.
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Los consumidores pueden escoger qué ver en la red, en qué momento hacerlo y en dónde. Este boom de los contenidos en Internet tuvo, claro está, un impacto directo sobre las tasas de consumo de televisión tradicional. En algunos mercados y en algunos grupos demográficos, el consumo de televisión está cayendo y los consumidores están migrando directamente a la red. La televisión tradicional de siempre está perdiendo espectadores, que están moviéndose a otros escenarios.
La mayor oferta impacta directamente en las tasas de consumo. Si existen más opciones, si existen más contenidos y si es más fácil encontrar algo que realmente se quiera ver, ¿no acabarán los consumidores dedicando más tiempo a los contenidos y no destinarán más horas a ver contenidos audiovisuales? ¿Tendrá el aumento de la oferta un aumento en las tasas de consumo y hará que las marcas se tengan que centrar por tanto directamente en este tipo de contenidos porque son los que los consumidores consumen cada vez más?
La Universidad de Texas ha realizado un estudio y concluye que eso no va a ocurrir: que la oferta haya aumentado y que los consumidores estén rodeados por series y más series que son cada vez más fácilmente consumibles no quiere decir que los espectadores estén lanzándose a un aumento de consumo. La migración del consumo de la televisión de la televisión tradicional a Internet no ha empujado a los espectadores a ver más horas de contenidos.
Debemos de pensar que los consumidores seguimos teniendo el mismo tiempo disponible, ya que el día sigue teniendo 24 horas, y que exista mucha más oferta no implica que vayan a destinar un mayor porcentaje del mismo a los contenidos. Lo que sí sucederá es que se volverán más selectivos: verán lo que realmente quieren ver.
Esta conclusión supone un toque de atención tanto para marcas como para medios de comunicación.
- Las primeras tendrán que ser mucho más eficientes a la hora de elegir los contenidos a los que se quieren ligar, ya que resultará más importante que nunca escoger el contenido exacto para el segmento concreto al que se quiere llegar.
- Para los medios, la situación obligará a ser mucho más eficientes a la hora de crear contenidos que realmente interesen a los consumidores. Si no interesan, no los verán.
El estudio también se ha centrado en las nuevas fórmulas de consumo. Internet ha abierto la puerta a lo que se conoce como binge watching en inglés, lo que en castellano denominamos «maratones de series»: los consumidores ven de una sentada varios capítulos de una serie o de un programa, encadenando uno con otro.
Estas experiencias de consumo son cada vez más frecuentes pero, aunque pueda parecer lo contrario, no cambian tampoco el volumen de tiempo dedicado a los contenidos. Puede que los consumidores vean más cosas más seguidas, pero el total de tiempo que destinan a los contenidos televisivos sigue siendo el mismo.
Con todo, la revolución online sí ha cambiado cosas muy importantes en el consumo de televisión. La televisión en internet ha hecho que los consumidores disfruten mucho más de lo que ven. Los consumidores están consiguiendo ver realmente productos que se adecuan a lo que les gusta y les interesa, ya que al aumentar la oferta es mucho más sencillo encontrar lo que realmente les gusta ver y los programas que más se ajustan a ellos mismos.
Fuente: Puro Marketing